Diez genios, entre ellos Bolívar y Da Vinci, y su relación con sus maestros es el tema del libro de Bruno D'Amore
El momento en que Verrocchio rompió sus pinceles como reconocimiento a la grandeza, superior a la suya, de su alumno Leonardo Da Vinci, le dio el punto de partida al escritor y matemático Bruno D'Amore (Bolonia 1946) para contar la infancia y los rasgos geniales de Da Vinci desde la perspectiva de su maestro.
Con esta historia, D'Amore comienza su libro Alumnos vistos por sus maestros, que da cuenta de la relación de diez genios de la humanidad, entre ellos Giotto y Bolívar con sus mentores.
¿Cómo eligió este tema?
La idea era aprovechar mi formación de cultura científica. Todos saben que Giotto, el gran pintor, tuvo un maestro, Cimabue, que era grande, pero Giotto lo era más. Entonces, ¿cómo hace un maestro cuando se da cuenta de que el alumno lo supera? Muchos se ponen contentísimos, otros llegan hasta el odio más feroz.
Todas estas historias son reales. La más triste fue la del matemático George Cantor, cuyo maestro Leopold Kronecker, llegó al punto de volverlo realmente loco. Y lo interesante era descubrir con cartas, documentos de testigos, lo que ocurrió. Elegí diez alumnos y muchas veces no fue sencillo encontrar al maestro.
¿Cuánto duró la investigación?
Tardé 20 años y fue una búsqueda muy divertida. Hay lugares llenos de documentos donde nadie entra a buscar. Siguiendo a Giotto, fui a Asís, y la gente se puso contenta de que alguien estuviera pidiendo un libro para investigar.
Son historias reales, armadas también con intención un poquito pedagógica. Hoy, el maestro está al frente, como en un teatro. Pero en el año 1.300 no era así: estaban maestro y alumno trabajando, en una relación de aprendiz. Eso se perdió.
¿Hay una obsesión suya con la relación maestro-alumno?
Con esta historia, D'Amore comienza su libro Alumnos vistos por sus maestros, que da cuenta de la relación de diez genios de la humanidad, entre ellos Giotto y Bolívar con sus mentores.
¿Cómo eligió este tema?
La idea era aprovechar mi formación de cultura científica. Todos saben que Giotto, el gran pintor, tuvo un maestro, Cimabue, que era grande, pero Giotto lo era más. Entonces, ¿cómo hace un maestro cuando se da cuenta de que el alumno lo supera? Muchos se ponen contentísimos, otros llegan hasta el odio más feroz.
Todas estas historias son reales. La más triste fue la del matemático George Cantor, cuyo maestro Leopold Kronecker, llegó al punto de volverlo realmente loco. Y lo interesante era descubrir con cartas, documentos de testigos, lo que ocurrió. Elegí diez alumnos y muchas veces no fue sencillo encontrar al maestro.
¿Cuánto duró la investigación?
Tardé 20 años y fue una búsqueda muy divertida. Hay lugares llenos de documentos donde nadie entra a buscar. Siguiendo a Giotto, fui a Asís, y la gente se puso contenta de que alguien estuviera pidiendo un libro para investigar.
Son historias reales, armadas también con intención un poquito pedagógica. Hoy, el maestro está al frente, como en un teatro. Pero en el año 1.300 no era así: estaban maestro y alumno trabajando, en una relación de aprendiz. Eso se perdió.
¿Hay una obsesión suya con la relación maestro-alumno?
Me he preguntado cómo funciona el aprendizaje. Hay muchas formas, pero una de las más seguras es la relación interpersonal. Mi premisa es que uno aprende solo de las personas que ama o admira. No puedes aprender geografía de un profesor que odias.
El 'maestro' de jesús
En la lista de alumnos célebres está Jesús: "Hay cuatro evangelios reconocidos y otros que la Iglesia no aceptó, que hablan de su vida entre los 12 y los 30 años. Cuentan que se fue a estudiar y que regresó con una cultura totalmente diferente. Me basé en esos textos y, por supuesto, inventé situaciones literarias. El de Jesús es el único maestro inventado, uno posible, el único del cual no escribí el nombre".
En la lista de alumnos célebres está Jesús: "Hay cuatro evangelios reconocidos y otros que la Iglesia no aceptó, que hablan de su vida entre los 12 y los 30 años. Cuentan que se fue a estudiar y que regresó con una cultura totalmente diferente. Me basé en esos textos y, por supuesto, inventé situaciones literarias. El de Jesús es el único maestro inventado, uno posible, el único del cual no escribí el nombre".
El autor del libro
Bruno D'Amore (Bolonia, Italia, 1946) es doctor en matemáticas. Dice que tiene más que aportar desde este campo en Colombia. Por eso está por radicarse en el país, donde trabaja en un doctorado en investigación de la U. Distrital. Como escritor, su primer libro, 'Icosaedro', obtuvo dos premios literarios en Italia.
Publicado el Liliana Martínez Polo Cultura y Entretenimiento
Bruno D'Amore (Bolonia, Italia, 1946) es doctor en matemáticas. Dice que tiene más que aportar desde este campo en Colombia. Por eso está por radicarse en el país, donde trabaja en un doctorado en investigación de la U. Distrital. Como escritor, su primer libro, 'Icosaedro', obtuvo dos premios literarios en Italia.
Publicado el Liliana Martínez Polo Cultura y Entretenimiento
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